por Malambo en Bloxito.Reflexiones | 2006-09-14 | 6 Comentarios
La
reificación es el tratamiento de una propiedad o un proceso como si fuera una cosa. “
La tristeza abandonó la pasión del guerrero” o “
mi mente voló a los años felices” son ejemplos de lo que quiero decirte. Ni la tristeza ni la mente son cosas, sino propiedades de cosas. La mente de Juan en un instante determinado, por ejemplo, es el estado en que se encuentra el cerebro de Juan en ese momento. La
energía es otra propiedad que muchas veces habrás escuchado reificar sin cuidado: “
La energía se convirtió en materia”, cosa imposible porque
la energía no es una cosa sino una propiedad que caracteriza el estado de sistemas materiales y de radiación.
Y aunque las reificaciones estén justificadas en el discurso metafórico y como instrumento para ahorrar palabras, deberíamos tener la precaución de no utilizarlas cuando intentemos explicar algo que sucede en el mundo. Porque está bien, la realidad seguirá siendo como es con independencia de cómo elijamos describirla, pero las falencias en el discurso pueden extraviarnos en su entendimiento. De uno de esos extravíos ha sido víctima el Papa católico Ratzinger (aka Benedicto XVI) al darle potencia causal tanto a la razón como a la irracionalidad.
Según las traducciones de la prensa, el pope de los católicos aseguró que había sólo dos respuestas a lo que existía en el origen:
... o la «Razón creadora, el Espíritu que hace todo y fomenta el desarrollo» o la «irracionalidad, que sin razón alguna, produce un cosmos ordenado de manera matemática, al hombre y a la razón»
La primera parte pareciera estar clara, y si uno no se pone en purista y atendiendo a que el cura estaba dando misa y no escribiendo un
paper, es posible admitir que
la Razón creadora signifique “
la Razón creadora de Dios”, un ser sobrenatural que... bueno, no voy a intentar decirte qué cosa es Dios, tu ya lo sabes y no estamos discutiendo la existencia de los fetiches católicos ahora.
Las dificultades epistemológicas del cura empiezan en la segunda parte. La irracionalidad no tiene poder genético alguno y decir que
la irracionalidad no tiene razón alguna es, si no una trampa del lenguaje, cuando menos una confusión de niveles semánticos, igual a decir que la temperatura tiene frío o hablar de la estructura de las estructuras.
Dado que la palabra '
racionalidad' tiene muchos significados también los tendrá su negación. En todo caso, la racionalidad es una atribución que se hace a las ideas o a los métodos para lograr fines a la luz de esas ideas, no una cosa que pueda crear otras cosas o generar cambios en ellas.
La asignación imprecisa de referentes a conceptos centrales es una señal de disminución de racionalidad (por ejemplo la noción de influencia astrológica o la manera en que un dios inmaterial actúa sobre la materia). La coherencia lógica es otra forma de racionalidad y trae aparejada la correspondiente irracionalidad: afirmar una conjetura y a la vez su negación es irracional; afirmaciones sobre seres omnipotentes suelen contener irracionalidades de este tipo (e.g. Dios todo lo puede, Dios puede crear una piedra tan pesada que él (¿Él?)
no puede levantar). Una tercera forma de racionalidad es la de someter a prueba lógica y empírica lo que decimos y dicen los demás sobre como es y funciona el mundo. Para lograrlo hay que cuestionar, justificar y exigir justificaciones de los dichos; los dogmas son, por lo tanto, una forma de irracionalidad.
Pero la racionalidad no se limita a ser un instrumento para evaluar ideas o sistemas de ideas como conjeturas y teorías. También puede emplearse para examinar propósitos a la luz del conocimiento actual. Sabemos, por ejemplo, que la fusión fría es un cuento del tío. Si fueses ministro de la producción y utilizaras los dineros públicos para montar una usina eléctrica basada en esos principios se te podría acusar por la irracionalidad de tus actos. Tanto por la física como por las neurociencias sabemos que la telepatía no es posible, por lo tanto no deberías montar el negocio de una red de cabinas telepáticas para competir con las cabinas de teléfonos públicos.
La reificación es el tratamiento de una propiedad o un proceso como si fuera una cosa.
Por razones similares, dado que la “mente” no actúa sobre la materia, es irracional rezar para que alguien se cure.
Sea como sea, tanto la racionalidad como su negación, la irracionalidad, no pueden causar evento alguno porque no son cosas que puedan cambiar de estado. La razón es conceptual, las causas son físicas (sólo pueden generar cambio en las cosas aquellas otras con energía distinta de cero). Hay, sin embargo, un vestigio filosófico en el lenguaje que asocia la 'razón' a las causas que proviene, hasta donde sé, de
Aristóteles y su Primer Motor. La aparición del tigre hizo (causó) que me escondiese en la cueva. Pero la razón de que me ocultase no fue la presencia de la bestia, sino mi previsión de que me iría mal si permanecía en la misma zona que él por mucho tiempo. Las razones eficientes, tales como la razón creadora de Ratzinger, dan lugar a causas materiales si dejan de ser pensamiento puro, es decir, sólo si la corteza frontal del cerebro interactúa con la corteza motora (y esta con los músculos, claro).
Por eso,
reificar tanto a la razón como a la irracionalidad es un proceder irracional. Las sentencias del Papa han sido irracionales porque confunden niveles semánticos, porque sus conceptos centrales no tienen una denotación precisa, porque no son lógicamente coherentes, porque no se apoyan en evidencia empírica ni en la ciencia, ni se justifican, ni admiten cuestionamientos que puedan hacerlas cambiar.
Bloxito.Reflexiones | La razón del Papa católico (2006-09-14 19:03) | 6 Comentarios
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